¿Es rumor o autentica realidad? Dicen los chismes que nos llegan de EE.UU, que la LPGA se encuentra al borde del éxodo de jugadoras asiáticas.
En los últimos días parece ir en camino a convertirse en una realidad.
Al parecer, el circuito femenino profesional se enfrenta a uno de sus momentos más difíciles desde su creación -hace más de 50 años-, al ver cómo varias de sus integrantes venidas del Lejano Oriente parecen estar alistando una “desbandada” casi general de las competencias en Estados Unidos.
Al menos eso parece al ver la cantidad de surcoreanas y japonesas poseedoras actuales de exenciones en el LPGA Tour inscritas en la primera fase del Q-School para el Japan LPGA Tour, la versión nipona del circuito estadounidense.
Esta situación, sumada a los drásticos cambios que ha sufrido la organización en los últimos meses, se dio desde la intempestiva salida de su comisionada Carolyn Bivens por las constantes modificaciones que quiso hacer y una de ellas fue obligarlas hablar el idioma inglés, situación que casi la obligó, a renunciar, lo que dio motivo a las cancelaciones de torneos.
Esto, a pesar de lo que puede significar a futuro para el golf femenino, podría repercutir favorablemente para algunas jugadoras del LPGA Tour y aspirantes a formar parte del mismo, ya que frente a la salida de varias de las asiáticas, sin duda la fuerza dominante en este momento, se abrirían necesariamente nuevos espacios para ellas. Por supuesto, esto tendría que formar parte de un remezón en las políticas de exención de parte del LPGA Tour, que podría enfrentarse a una sin salida y que tendría que, en resumen, abrir sus fronteras.
Esta situación tiene su lógica. Primero, el Japan LPGA Tour, si bien en nuestro país no tiene el despliegue ni la presencia de otros circuitos, es una organización consolidada desde hace varios años y que cuenta con un total de 30 torneos en su programación a lo largo del año. Primer punto para los asiáticos, ya que el LPGA Tour, con trabajo y todavía con posibilidades de reducirse, a duras penas llegará a 20 competencias en el 2010.
Esto, sumado al hecho irrefutable que las bolsas de premios seguirán reduciéndose, tal como pasó en estos meses, la diferencia entre las cifras que se manejan en Estados Unidos y en Japón ya no es tan abismal como antes.
Antes, se hablaba de las dos terceras partes de bolsa menos en el Lejano Oriente. Ahora, se habla inclusive de menos del 30 por ciento de diferencia para la temporada de 2010.
Otra situación, a lo mejor más preponderante que la económica, es la cultural. Para las asiáticas tiene una gran ventaja el jugar en Japón, ya que son idiosincrasias similares o idénticas. Para las surcoreanas, por ejemplo, significa poder expresarse en su idioma y no tener que emplear un traductor o un inglés primario en las ruedas de prensa.
El coreano y el japonés, como lo pueden ser el español y el portugués, son lenguas muy similares y esto rompe con una barrera enorme.
Y claro, siempre está el punto de estar más cerca de casa. Si las surcoreanas encuentran su espacio en el circuito japonés, cada torneo les representaría un desplazamiento de no menos de dos horas en avión desde su casa, algo así como viajar de Bogotá a Barranquilla para competir en una semana y luego, regresar a tiempo para dormir en la noche del domingo en casa.
Japón mide más o menos cinco veces el departamento de Antioquia o el doble que el estado de La Florida en Estados Unidos, por lo que recorrerlo hasta su campo más escondido no representa un desplazamiento de más tiempo que eso. Para ellas quedarían atrás los vuelos transoceánicos de seis y siete horas y los largos procesos de entrada y salida de Estados Unidos.
De acuerdo con el Japan LPGA Tour, la cuatro veces ganadora del LPGA Tour, la taiwanesa Candie Kung; la china Shanshan Feng, única jugadora de ese país con exención en el circuito estadounidense; las surcoreanas Eun-Hee Ji y Inbee Park, ambas ex campeonas ‘Majors’, así como sus compatriotas Meena Lee, Young Kim, Na Yeon Choi, Seon Hwa Lee y Amy Yang jugarán el Q-School del Japan LPGA Tour el próximo mes. Lo que se dice tras bambalinas es que dicho circuito está buscando motivar a más jugadoras del LPGA Tour e inclusive del Ladies European Tour para que jueguen en sus torneos de 2010.
Las bolsas totales de premios del LPGA Tour en 2009 llegaron a 13 millones, con 27 certámenes. Para el 2010, si bien todavía no es oficial, las ganancias serán menores, lo mismo que las citas programadas. Inclusive, ya este mismo año se ha visto el cambio, con esporádicos torneos del LPGA Tour en especial en este último trimestre del año y con varios fines de semana sin producir noticias.
De los 20 torneos que se prometen para el 2010, cerca del 30 por ciento todavía no han firmado sus contratos.
Algunos aficionados, los estadounidenses primero, podrían interpretar esto como la oportunidad perfecta para que las locales retomen el control de su circuito, el cual ha sido dominado a placer por las asiáticas, en especial de las jugadoras venidas de Corea del Sur.
En las estadísticas, un total de 47 torneos quedaron en sus manos, así como una buena cantidad del dinero de las bolsas. Sin embargo, la ecuación no es tan sencilla, ya que de la mano de la posible salida de las asiáticas vendría un decaimiento en la calidad del circuito (para nadie es un secreto que las asiáticas dominan el golf femenino profesional en la actualidad) y la apertura de la posibilidad que Japan LPGA Tour termine por eclipsar al LPGA Tour en los próximos años, convenciendo a cada vez más patrocinadores globales, que ven en el Asia al nuevo gran mercado para invertir, y jugadoras de “pegar el salto” y establecerse por temporadas en Japón.
Ciertamente, el cuadrar un calendario atractivo para el 2010 será mucho más complicado si varias de sus figuras tienen su carnet de beneficios completos para el Japan LPGA Tour.
En este 2009, la conocida Paula Creamer, por ejemplo, no jugó el Michelob Ultra Open en Estados Unidos y compitió en uno de los ‘Majors’ del Japan LPGA Tour. Con cada vez menos bolsas, el LPGA Tour no podría seguir siendo atractivo para que las jugadoras tuvieran doble exención y al final, muchas se decantarían a favor del circuito asiático en especial en semanas no ‘Majors’ en Estados Unidos.
La comisionada provisional del LPGA Tour, Marty Evans (que reemplazó a Bivens desde julio pasado), así como la Junta Directiva del LPGA Tour, está próxima a decidir quién será la nueva dirigente del LPGA Tour. Fuentes cercanas afirman que uno de los opcionados principales es el Jefe de Negocios de la United States Golf Associaton (Usga), Peter Bevacqua, aunque en las últimas semanas han surgido otros nombres, en especial en un grupo de directivos que apoyaría a otro candidato. Joie Gregor, vicepresidente de la firma Heidrick & Struggles International también cuenta con un apoyo importante y ha vuelto a tomar fuerza, en especial después de haber terminado su trabajo como asesor de la administración de George Bush en la presidencia de Estados Unidos.
Independientemente de quién se quede con las riendas del LPGA Tour estadounidense, la tarea debe enfocarse hacia la misma dirección: consolidar al circuito y llevarlo a buen puerto porque, por el momento, navega por aguas bastante turbulentas.
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