Hacia 18 años que Els no ganaba un major |
Es difícil comparar al golf con otro deporte, por cosas como las que han ocurrido en Royal Lytham. A falta de cuatro hoyos, Scott, con una tranquilidad pasmosa, llevaba cuatro golpes de ventaja sobre el segundo y acabó cediendo ante la presión de la orejona de Clarete.
Scott, de 32 años, hecho a perder todo lo que había conseguido en tres jornadas sufridas en el Open con cuatro hoyos para el olvido. No es difícil, sino dificilísimo ver encadenar cuatro bogeys seguidos a un jugador tan seguro como el 'aussie' (en 54 hoyos sólo había cometido cuatro). Sin embargo, en un 'major', y más en un British suelen pasar estas cosas.
Tembló el 'putter escoba'
La debacle de Scott se gestó sobre todo en el hoyo 16, en el que falló un putt de par de menos de un metro. Ahí empezó a temblar y convirtió su 'putter escoba' en un total desastre. Sin embargo, aún le quedaba una bala para forzar el playoff, pero volvió a dudar en el green del 18 y regaló el torneo a Ernie Els.
El sudafricano, ganador del Open en 2002, realizó unos segundos nueve hoyos antológicos. Cuando todo el mundo sufría en los bunkers y en el rouhg, acumulando un sinfín de bogeys, el veterano golfista de 42 años fue una máquina de coger greenes. Al final, cuatro birdies, incluyendo el que a la postre sería decisivo en el hoyo 18.
'Big Easey' parece vivir una segunda juventud. Su primer 'major' lo consiguió hace nada más y nada menos que 18 años al adjudicarse US Open. Tres años después ganaría el segundo. Tuvo que esperar a 2002 para ganar el Open.
El sudafricano se vio obligado a dejar su casa en Inglaterra para poder matricular a su hijo, que padece autismo, en un colegio especial. Desde 2009 se ha volcado para ayudar a personas que padecen la enfermedad y ha sido el anfitrión de un montón de torneos para recaudar fondos. Seguro que esta Jarra de Clarete va dedicada expresamente a él.
Ya le falta poco a Tiger para el recobre. |
Mientras tanto la gente contemplaba satisfecha al Tiger cuando constataron que ya le falta tan solo unos torneitos más, para volver a mirarlo con su real nivel que perdió por sus líos de faldas.
De este manera esperan que el primer lugar ya no sufra tantos baivenes, como ha sucedido desde que el "magnífico" no tiene la cima total de la PGA TOUR.
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